6 de julio de 2009. Lunes.
Después de almorzar con Alfredo Di Stéfano, Cristiano entra en las tripas del estadio. No hay tiempo que perder. Hay dos entrevistas previstas para Real Madrid TV. Primero en inglés y luego en español.
- Es un día memorable para mí. Estoy muy contento. Hoy se cumple un sueño. Estoy muy confiado en que aquí voy a ganar mucho. Estoy en el club justo para ganarlo todo. Es un sueño hecho realidad - afirma Cristiano.
El jugador quiere dejar muestras de su sencillez y ofrece su lado más humilde.
- Tengo 24 años y me gusta aprender, sigo aprendiendo. Mi ciclo de aprendizaje no ha terminado. Con 24 o con 40, siempre se aprende. Las cosas no caen del cielo y por eso voy a seguir manteniendo la misma ambición. Es una coincidencia que en mi primer año aquí la final de la Champions se celebre en Madrid. Es un sueño jugarla y ganarla - explica Cristiano.
No puede obviar lo que acaba de ver por las calles según se acercaba al Bernabéu y lo que, intuye, le espera dentro de unos minutos cuando salte al escenario.
- ¿Va a haber un partido? Ja, ja, ja... Es increíble. Todo esto me da más motivación y confianza para dar lo mejor que tengo. Sólo he estado una vez en mi vida en Madrid, pero es una ciudad que me gusta. Los españoles son mucho más parecidos a los portugueses y después de vivir en una ciudad como Manchester, ¡cómo no voy a poder vivir en una ciudad como Madrid! Aquí me voy a sentir más en casa porque voy a estar más cerca de casa, de mis hermanos, de mi mamá, de mis amigos. Son tres horas de coche, una hora de avión.
Después de la prensa espera el presidente. Juntos entran en el palco de honor. Florentino Pérez ejerce de cicerone. Se acercan a las cristaleras desde donde se ve el terreno de juego. Las gradas ya están prácticamente llenas y falta casi una hora para la presentación.
- ¿Va a haber partido ahora, presidente? - comenta el futbolista riéndose. Sin duda, se muestra impactado por lo que está viendo y viviendo.
- ¡Qué bien le sienta el blanco! - exclama Florentino Pérez. Está emocionado. El futbolista empieza a hacer malabares con el esférico.
- A ver si te va a salir mal ahora cuando salgas, a ver si te vas a poner nervioso... - replica el presidente.
- No, no me pongo nervioso.
Continuará...